Un viejo adagio popular afirma que las comparaciones son odiosas y tiene razón porque la comparación afecta nuestros niveles de felicidad. Actualmente, la pandemia ha permitido un escenario de reducción de las comparaciones para concentrarse en los conceptos de logro personal y bienestar familiar. Los departamentos de Gestión Humana de varias organizaciones han descubierto que cuando los trabajadores conocen los salarios de sus compañeros y jefes, se pueden engendrar conflictos y mal clima laboral. Para seguir leyendo haz clic aquí o ingresa al siguiente enlace:
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