TEMÁTICAS: ESTADÍSTICA Y ECONOMETRÍA - TOMA DE DECISIONES.
Basada en una historia real de la historia de la Major League Baseball MLB estadounidense, Moneyball (2011) plasma situaciones de desigualdad de la sociedad al encontrar que el deporte en muchas ocasiones puede calificarse como un “juego injusto”, afirmación de Billy Bane (Brad Pitt), Manager del pequeño equipo de béisbol de los Atléticos de Oakland, por considerar que los equipos que cuentan con mayores recursos pueden ofrecer mejores salarios a los deportistas y, por tanto, comprar para sí a los mejores y resultar campeones. Dos conceptos microeconómicos y uno macro surgen en el inicio mismo de la película con la afirmación enunciada. Primero, la restricción presupuestaria que implica que los equipos pequeños como los Atléticos no tienen la posibilidad de acceder o retener a jugadores de alto cartel para maximizar sus resultados, tal como lo hacen equipos con gran músculo financiero. Segundo, el concepto de competencia que parece perfecta, puesto que hay condiciones de plena información para todos los equipos que participan en la MLB, se tiene un entorno en el que las reglas aplican para los conjuntos, el producto es homogéneo, existe libertad de entrada y salida, pero en la práctica, las brechas en los presupuestos de los equipos participantes generan imperfecciones en la competencia.
En cuanto al concepto macro, la teoría de salarios de eficiencia enuncia que a mayores pagos recibidos los trabajadores brindarán más de sí. Se reduce el riesgo moral de no cumplir bien las tareas para las que se realizó la contratación, disminuyen también los costos de supervisión para que los trabajadores cumplan sus compromisos. De acuerdo con Shapiro & Stiglitz (1984) existen numerosos escenarios en los que esta teoría se cumple, al afirmar que los gerentes tienen un incentivo a pagar a sus empleados mayores salarios que el promedio del mercado para incrementar su productividad. Pero también existen evidencias de su falta de pertinencia en contextos deportivos debido a que factores intrínsecos del individuo como su grado de compromiso, gusto por la actividad, sentido de pertenencia y convicción pueden ser tan o más importantes que el factor de remuneración [Gómez, 2014, 66-67].
Por otra parte, si bien la película pone de manifiesto desigualdades en el campo deportivo, estas realidades no se presentan únicamente en los deportes, alejadas de la gente del común, por el contrario, existen al interior de muchas sociedades. Procurando un paralelo, es posible afirmar que hacer parte de la sociedad es también un “juego injusto” porque se condiciona el acceso y la calidad a servicios como salud o educación a la capacidad de pago de los individuos. En nuestra cotidianidad, si no se cuenta con los recursos suficientes no es posible pagar un colegio o universidad con altos costos de matrícula, muchas veces de mayor calidad, entonces se reduce la canasta de posibilidades de elección a la del bolsillo. Esta situación genera segregación entre grupos de la población, pacientes, estudiantes y profesionales de una sociedad para los ejemplos en mención.
Los individuos poseemos habilidades heredadas y adquiridas, siendo las primeras lo que se conoce como talento, mientras que las segundas, se desarrollan a través de entrenamiento y experiencia (Mincer, 1984, 196). Si bien, esta teoría denominada “capital humano” se asocia principalmente a la inversión que realiza el sujeto en educación para tener una mejor inserción laboral, aplica de la misma manera para deportistas y artistas, quienes enfrentan un mercado de trabajo particular.
En busca de soluciones y en conocimiento de que los métodos tradicionales no pueden llevar a su equipo a logros deportivos, Bane se encuentra con Peter Brand, un economista aficionado al juego que realiza análisis de jugadores enfatizando en sus resultados. Los consejos de Brand para el equipo de Oakland implican dejar de lado percepciones para elegir a los elementos del equipo tales como características de su personalidad, edad, apariencia, relaciones extra laborales, grado de cercanía con las formas típicas o clásicas de ejecutar las jugadas y así, concentrarse en las estadísticas objetivas de cada jugador.
Aún con algo de escepticismo, la restricción presupuestaria obliga en la película al Manager a buscar solucionar el desangre del equipo que ve como sus mejores jugadores emigran debido a las posibilidades de nuevos y jugosos contratos. Adaptarse o morir es la consigna. En la vida real, esta restricción nos lleva a elegir subóptimos que generan exclusión y/o marginalidad en las elecciones de nuestros servicios públicos y sociales.
El método de Brand se basa en el uso de datos, ecuaciones y proyecciones, colocando el énfasis en los números, igualmente, se hace uso de un software para hacer seguimiento a los datos y revisar el cumplimiento de los objetivos. La nueva teoría a aplicar busca identificar jugadores de aceptable rendimiento y bajo costo aceptando que pueden haber sido subvalorados por subjetividades comunes del mercado laboral deportivo.
La estrategia adoptada es completamente legítima desde el punto de vista de la economía. Según Gujarati, el arte del econometrista es encontrar un conjunto de supuestos lo bastante específicos y realistas que permitan aprovechar de mejor manera los datos con que se cuenta (2010, 1). Así, se debe tener la mayor información del entorno, encontrar las variables adecuadas y plantear modelos que se aproximen a la realidad que se desea conocer y pronosticar. En este caso se aplica todo este conocimiento en función de la mejora de una organización.
Adicionalmente, la necesidad de innovación invocada por la economía se encuentra presente en todo el film. La capacidad de adaptarse ante estímulos estresantes al interior de la organización, la región o el entorno, es lo que constituye el corazón del concepto de innovación. De esta manera Bane se apega a las estrategias sugeridas en busca del logro deportivo. Contrata jugadores rechazados por otros equipos, acusados por la prensa sensacionalista, discriminados por su edad. Adicionalmente, arriesga por el cambio de posición de algunos elementos del equipo (convierte a un cátcher en un primera base) haciendo caso a las cifras más que a los directores técnicos que afirman que el cambio es imposible e ineficiente. Sabe que con el dinero del que dispone no es posible sustituir a sus mejores elementos, por tanto, procura recrear las condiciones que permitan suplirlos exitosamente con base en los métodos estadísticos.
No obstante, si bien las matemáticas y la estadística proveen herramientas importantes y permiten realizar predicciones, al ofrecer valores exactos; afirmar que son 100% seguras y que se puede tener completa certeza de lo que va a ocurrir es un absurdo. El azar y la misma respuesta humana a diversas situaciones hacen que el mundo que conocemos no sea exactamente resultado de una ecuación matemática y que lo que mejor podamos hacer para conocerlo sean aproximaciones. La innovación en los Atléticos empieza con resultados negativos, pues la innovación no conlleva siempre al progreso, se trata de un cambio que puede o no resultar en supervivencia y crecimiento.
Estos malos resultados surgen de restricciones diferentes a la económica. La falta de convicción del equipo técnico y táctico en la estrategia; un pobre espíritu de lucha de jugadores menospreciados por otros; la resistencia de los cazadores de talentos a buscar nuevas formas de armar los equipos; la prensa que genera una presión en la opinión pública; una fanaticada ansiosa de resultados inmediatos; una competencia escéptica y burlona para con el manager y su equipo configuran un escenario no calculado por las ecuaciones.
Bane debe actuar para defender su estrategia. Deberá reconocer que el trabajo requiere de la concepción de equipo, que las capacidades de los individuos y las potencialidades de su participación al interior del colectivo, genera mejores resultados que esfuerzos particulares y que esto escapa a las predicciones de los modelos.
De otra parte, se puede hacer una reflexión en cuanto a que no es el dinero el que otorga la felicidad, sino lo que representa. El dinero hace creer a los jugadores que son valiosos porque su transferencia de equipo es realizada por una cantidad de dinero determinada; y de la misma manera, tener una capacidad de compra y un nivel determinado de consumo al interior de una economía de mercado los hace considerarse valiosos para la sociedad, al asociar de manera equivocada el valor al ingreso o al consumo. Una postura muy común y peligrosa que lleva a considerar el valor del individuo por su ingreso y no por lo que constituye en sí mismo.
Los trabajadores brindan utilidad al sistema económico imperante (al igual que los jugadores) en la medida que aportan, alimentan y mantienen el sistema mediante la fuerza de trabajo ofrecida. En efecto, en el capitalismo, los medios de producción son de propiedad y control de una minoría y cada proceso social de producción es, al mismo tiempo, un proceso de reproducción de la relación capitalista (Marx, 1969).
La escuela radical tiene sus orígenes en las ideas de reproducción marxista como crítica a la teoría del capital humano, establece que la educación y la formación profesional desempeñan no sólo el rol de producción, sino que, adicionalmente, perpetúan todo el orden económico y social (Bowles & Gintis, 1975), de tal manera que el sistema educativo está al servicio de la sociedad capitalista y su aparato de producción, como elemento de la reproducción de la estratificación social y con ello del atraso, la pobreza y la desigualdad.
El film deja una reflexión adicional en cuanto a la estabilidad del sistema, puesto que cuando el manager de los Atléticos afirma: “si ganamos utilizando la estrategia, cambiamos el juego”, esto constituye alternativas a los métodos y conocimientos tradicionales, que hacen uso de ideas pioneras e innovadoras. En efecto, son esas apuestas de cambio a las que le teme el sistema imperante, nadie reinventa el sistema, ni se atreve a cuestionar lo que esta aprendido y los mismos líderes se encargan de reproducir el modelo.
La inexistencia de propuestas junto con la falta de mecanismos que permitan mayor igualdad en las condiciones de acceso a los servicios conlleva a diferencias en las clases sociales que se hacen cada vez más notorias. Se requieren esfuerzos académicos de planteamiento de alternativas factibles e inclusivas, per o además, es fundamental la voluntad política para brindar condiciones de acceso igualitario a las formas de aprendizaje y de producción de bienes y servicios. De otra forma, las fallas de mercado y del estado, seguirán presentando graves problemas de concentración del ingreso y brechas de desigualdad en las oportunidades, y se conformarán con trazar sistemas de bienestar paliativos que mantienen la masa con las condiciones mínimas para garantizar que no haya una revolución.
El reto de los nuevos managers es tener el valor para innovar, poner en práctica lo que se cree y defender los principios, tal y como se ejemplifica. Existe una invitación abierta a trabajar por un nuevo modelo de desarrollo, uno incluyente que tenga en cuenta las capacidades de todas las personas, que valore su aporte en conjunto a la sociedad y permita lograr ser un día ganadores con nuevas estrategias que apelen no solo al poder financiero, sino a factores como la inteligencia, creatividad, pasión, táctica y constancia.
Para ver el trailer de esta película, visita el siguiente link:
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Bowles, S. & Gintis, H. (1975). The problem with human capital theory – A Marxian Critique. The American Economic Review, 65(2), 74-82.
Gómez, A. (2014). Lecciones del Mundial Brasil 2014: Goles y Autogoles de las Organizaciones Desde las Teorías de Liderazgo y de los Recursos y Capacidades. Revista Civilizar de Empresa y Economía. Vol 5 Núm 10.
Guajarati, D. & Porter, D. (2010). Econometría. México: McGrawHill. Quinta Edición.
Marx, K. (1969). El capital. Libro I, Volumen I.
Mincer, J. (1984). Human Capital and Economic Growth. Economics of education review, 3(3), 195-205.
Shapiro, C. & Stiglitz, J. (1984). “Equilibrium Unemployment as Worker Discipline Device”, American Economic Review, 74, 619-627.
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